Julio Romero de Torres

Julio Romero de Torres

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Inicio de su trayectoria y primeras obras de Julio Romero de Torres

Nace en Córdoba en 1874. Fue discípulo de su padre, el artista y profesor andaluz Rafael Romero Barros, director del Museo de Bellas Artes de Córdoba. Comenzó a pintar desde muy joven, a la edad de 10 años. En 1890 pinta «La huerta de los Morales», su primera obra conocida. En el año 1895 Julio Romero de Torres recibe una mención honorífica en la Nacional en Madrid. Allí recibiría la tercera medalla en las ediciones de 1899 y 1904. Comenzó en esa época su experiencia docente en la Escuela de Bellas Artes de Córdoba. En 1906 su obra «Vividoras del amor» fue rechazada por el jurado de la Nacional. Pasó entonces a viajar por España, Italia, Francia, Inglaterra y Países Bajos.

En 1907 concurrió ya con los pintores más renombrados de la época a la exposición de los llamados independientes en el Círculo de Bellas Artes. Poco después obtuvo en la Nacional, en Madrid, en 1908, una primera medalla con su cuadro «Musa gitana«. Análogo galardón recibió en la Exposicion de Barcelona de 1911 con el «Retablo de amor«, y dos años después en la Internacional de Munich. Tras dos participaciones en la Nacional en las que sus cuadros no fueron premiados decidió retirarse de las exposiciones nacionales.

En 1916 se convirtió en catedrático de ropaje en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. A pesar de la proyección europea que supuso este hecho, fue en Buenos Aires, en 1922 cuando obtuvo un rotundo éxito. En agosto de ese año viajó a la República Argentina, inaugurándose la exposición y realizando la presentación del catálogo un magnífico texto de Ramón María del Valle-Inclán. Fue miembro de la Real Academia de Córdoba y de las Bellas Artes de San Fernando.



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Estilo y temática

Fue primero realista y evolucionó en su arte hasta crear pronto un estilo propio, mezcla de realidad e idealidad. Para ello oscurece su paleta inicial y muestra escenas de primer y segundo plano. Enmarca estas escenas en un entorno de urbanismo y espacios cordobeses al fondo que acabó caracterizando después todas sus obras. Los temas fundamentales en los cuadros de Julio Romero de Torres son la copla andaluza, la mujer andaluza, ante todo la cordobesa, y el ambiente andaluz, que trasciende en todos los detalles y, sobre todo, en las figuras secundarias y fondos.

Se ha dicho de él que fue el pintor del alma de Andalucía. Supo plasmar en sus lienzos una realidad humana de manera predilecta a través de la figura femenina, bien enraizada en la tradición secular de su raza. Cada uno de sus cuadros es como una copla popular o un requiebro. Nos trasladan inmersos a un ambiente de leyenda, sentimientos trágicos o sentimentales de una Córdoba idealizada.

Importancia en el panorama artístico español

En la historia de la pintura española a Julio Romero de Torres le corresponde un papel de innovador audaz. En muchas ocasiones tuvo tantos apoyos como detractores de su obra. Tras volver de la exposición celebrada en Buenos Aires fue nombrado hijo predilecto de Córdoba y mereció un homenaje nacional.

Con motivo de la exposición Iberoamericana de Sevilla (1930), celebró una exhibición de sus últimos trabajos, pero murió mientras tenía lugar, y su familia, rechazando muy favorables proposiciones de compra, los cedió a su ciudad natal. Se creó así, junto con otras aportaciones, el Museo Romero de Torres (1931), en la Plaza del Potro de Córdoba. Las manifestaciones de duelo general que produjo su muerte dejaron patente la inmensa popularidad de que gozaba. En ellas participaron en masa desde las clases trabajadoras más humildes hasta la aristocracia cordobesa.

 

Un ejemplo de sus obras

Entre sus obras más famosas figuran: «Musa Gitana«, «Retablo de amor«, «Amor místico y amor profano«, «La consagración de la copla«, «El poema de Córdoba«, «La saeta«, «Las dos sendas«, «Mujeres bíblicas«, «Malagueñas«, «Cante hondo» y «Carceleras«. Hizo también numerosos retratos, casi todos femeninos, y cultivó el desnudo con gran acierto como en «El pecado«, «La nieta de Trini«, «La Gracia» y «Rivalidad«.

Cabe destacar una de sus obras, sencillamente, por la fama que ha tenido tanto la obra como tal, como la joven cordobesa que posó para ella y para tantas obras del pintor. Fue su última obra, realizada en su estudio de la Plaza del Potro en Córdoba, donde se retiró afectado de una dolencia hepática. Hablamos, por supuesto, de «La chiquita piconera«. Para poder visualizar el conjunto y la cronología de sus obras puede acceder al siguiente enlace:

Obra de Julio Romero de Torres

Bibliografía:

«Romero de Torres, Julio», en Gran Enciclopedia del Mundo, vol. 15, Barcelona, Editorial Marín S.A., 1982, p. 8510.
«Romero de Torres, Julio», en Personajes de la Historia de España, vol. 12, Barcelona, Espasa Calpe S.A.-ABC, 1999, p. 1599.
ZUERAS TORRENT, Francisco: Julio Romero de Torres, su vida y su mundo, Córdoba, Ayuntamiento-Delegación de Cultura, 1974.

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